En el contexto actual de volatilidad en el mercado eléctrico, muchas empresas se preguntan si es conveniente contratar una tarifa indexada. En este artículo, analizaremos sus ventajas, riesgos y en qué casos puede ser la mejor opción para optimizar costes energéticos.
¿Qué es una tarifa indexada?
Una tarifa indexada es aquella en la que el precio del kWh está directamente vinculado al mercado mayorista de electricidad (pool eléctrico – OMIE). A diferencia de las tarifas fijas, donde se paga un precio constante durante todo el contrato, en las tarifas indexadas el coste de la energía varía cada hora según la oferta y la demanda.
Ventajas de una tarifa indexada
- Aprovechamiento de precios bajos: Cuando el mercado mayorista baja, los consumidores con tarifas indexadas pueden beneficiarse de estos descensos, pagando menos por la energía.
- Transparencia: El precio de la electricidad se basa en valores públicos y regulados, evitando sobrecostes ocultos o márgenes añadidos por las comercializadoras.
- Mayor control del consumo: Las empresas con herramientas de monitorización como la telemedida pueden ajustar su consumo según su demanda, reduciendo así su factura.
- Reducción de costes en franjas baratas: Empresas con flexibilidad horaria pueden programar su consumo en las horas más baratas del día.
Riesgos de una tarifa indexada
- Incertidumbre en la factura: Al no contar con un precio fijo, es difícil prever el coste mensual, lo que puede afectar a la planificación presupuestaria.
- Exposición a picos altos de precios: En momentos de alta demanda o crisis energéticas, el precio del pool puede dispararse, aumentando considerablemente los costes.
- Otros costes asociados: Si un consumidor está en Indexado, tiene que ser conocer que hay valores más allá del pool (OMIE) que también pueden afectar notablemente al precios, como puede ser los servicios de ajustes del sistema de REE (SAS) que cada año son más caros.
- Curva inapropiada: En algunos casos, como por ejemplo, las instalaciones que tengan fotovoltaica, el consumo de red se puede concentrar de forma irremediable en las horas más caras del día. En estos casos, seguramente un Indexado horario no sería la mejor opción.
- Necesidad de gestión activa: Para optimizar el ahorro, es recomendable contar con asesoramiento experto y herramientas de telemedida que ayuden a gestionar los consumos de forma eficiente. Por lo tanto, al contar con un asesor energético se eliminan los escasos riesgos.
¿Cuándo es recomendable una tarifa indexada?
Optar por una tarifa indexada puede ser una buena estrategia en los siguientes casos:
- Empresas con alta flexibilidad horaria, que pueden desplazar consumos a las horas de menor coste.
- Empresas con acceso a sistemas de monitorización y control de energía, que permitan adaptar el uso de electricidad en función de la evolución del precio horario.
- Empresas con un asesoramiento energético especializado, capaz de analizar tendencias de mercado y recomendar estrategias de compra óptimas.
- Clientes con contratos a corto plazo que pueden cambiar de modalidad si el mercado se vuelve demasiado volátil.
Las tarifas indexadas pueden ser una excelente opción para quienes buscan aprovechar los bajos precios del mercado eléctrico y tienen capacidad de gestionar su consumo de forma inteligente. Sin embargo, implican una exposición al riesgo que no todos los consumidores pueden asumir.
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